Pitingo - Padrino del Patio del Amor
Pitingo
Cantante
En octubre, El Patio del Amor se llena de arte y sentimiento con un padrino muy especial: Pitingo. Cantor de raíces profundas, capaz de unir el flamenco con el soul y de emocionar con cada nota, llega para compartir no solo su música, sino también su generosidad y compromiso humano.
Antonio Manuel Álvarez Vélez, conocido artísticamente como Pitingo, nació el 6 de noviembre de 1980 en Ayamonte (Huelva). Hijo de madre gitana y padre payo, creció en un ambiente marcado por dos mundos distintos, pero ambos imprescindibles en su formación: la fuerza del flamenco heredado de su familia materna y la disciplina y los valores aprendidos en el entorno paterno.
Desde muy joven absorbió el cante en reuniones familiares, escuchando las voces de su estirpe —los Valencia, los Carpio, entre otros— y, a la vez, admirando las grandes figuras del flamenco clásico. Con el paso de los años, su curiosidad artística lo llevó también hacia el soul, el góspel y otras músicas afroamericanas; de esa mezcla nace su estilo personal, que él bautizó como soulería —el flamenco con el pulso del alma negra.
Aunque hoy es un artista consolidado, su camino no fue fácil. Se trasladó a Madrid y compaginó trabajos humildes —como cargar maletas en el aeropuerto de Barajas— mientras cantaba en tablaos y participaba en reuniones del mundo flamenco, como “Los Magos”, donde coincidió con gigantes como Enrique Morente, Carmen Linares o Pepe Habichuela. Fue precisamente en esos encuentros donde forjó amistades, aprendizajes y oportunidades que le permitirían dar el salto artístico.
En 2006 vio la luz su primer álbum, Pitingo con Habichuelas, apadrinado por Enrique Morente, donde ya comienzan a notarse sus apuestas mixtas entre el flamenco tradicional y el soul moderno. En 2008 editó Soulería, disco que le dio visibilidad nacional e internacional, con versiones inusuales y atrevidas de canciones populares adaptadas al compás flamenco.
Con su carrera asentada, Pitingo ha compartido escenario con artistas de renombre y ha llevado su música más allá de las fronteras españolas, conquistando públicos que valoran su autenticidad, su voz emotiva y su capacidad de romper géneros. En lo personal, está unido desde su juventud a Verónica Fernández, su compañera de vida y pilar fundamental en sus decisiones, y juntos han enfrentado momentos de alegría, desafíos y crecimiento. También ha declarado que su vínculo familiar, la necesidad de estar cerca de quienes ama y su honestidad artística son aspectos que nunca desea perder de vista, incluso cuando la fama lo lleva a lugares lejanos.
Este mes de octubre, en El Patio del Amor, nos honra contar con Pitingo como padrino solidario. Su trayectoria nos recuerda que el arte verdadero nace del corazón, que la mezcla de raíces y sentimientos puede dar frutos únicos, y que el esfuerzo, la humildad y la pasión son caminos que transforman vidas. Que su presencia sea faro de esperanza e inspiración para todos los que luchan desde el amor.
